Siete días después el pirata “Manotas” envió un mensaje a sus amigos, les dijo lo siguiente: Voy a viajar por tres meses, debo visitar a mi amigo Orcón para pedirle un consejo sobre un tema importante para mí. En el pueblo comentaron… ¿qué será lo que Manotas tiene que decidir?, ¿Acaso sintió nostalgia y quiere regresar a su pueblo? El barco pirata partió al mediodía, solo los niños lo vieron y se asombraron, porque había algo nuevo y extraño en el barco de “Manotas”. Sucedió que la nave brilló con muchos colores porque al parecer la coraza del barco tenía incrustado oro, plata y diamantes muy hermosos. Nadie se había dado cuenta de esto, solo los niños, es por eso que ellos regresaron al pueblo a contar lo que habían visto. Y como era de esperar pocas personas les creyeron… La mayoría de adultos del pueblo decían: - “Ah, los niños siempre piensan en fantasías”. Luego de tres meses el pirata regresó, todos los habitantes de la costa azul celebraron cuando “Manotas” llegó al puerto...
Aquél sábado, fue inolvidable, el pirata recibió las llaves de la ciudad y juró solemnemente protegerla en todo lo que pueda y puso como testigos al mar, al cielo y a todos sus amigos. Fue un día de fiesta, desde los niños hasta los más ancianos, celebraron y comieron como reyes, con el pirata “Manotas” y el gobernador Juan Diego Flórez. Al día siguiente, el cielo estuvo despejado, con un azul intenso, más lindo que nunca. El “Mago rojo” preparó una sorpresa, por encargo del gobernador: ¿qué sorpresa?... Pues, organizó un concurso de cometas de papel, todas con motivos marinos y piratas, en honor al amigo “Manotas”. El cielo se llenó de colores y formas muy bellas. El pirata estaba asombrado, como si fuera un niño, no paraba de correr tras las cometas mientras reía y saltaba. De pronto, se detuvo y les dijo a todos: Es mucho lo que recibo, no sé: ¿cómo pagaré todo el bien que me hacen? Entonces, habló el “Mago Rojo” - : no te preocupes Manotas, solo disfruta este momento. ...